martes, 3 de febrero de 2009

CAPÍTULO 10



- Usted antes era forense, ¿no?- acertó a preguntar Roger, muerto de miedo, al dentista. Éste le acababa de anunciar que tenía una caries muy pequeña en una muela.

- No, el que había hecho de forense es mi primo Jaime, pero ahora es médico naturista- le respondió. Y se puso a trabajarle la caries sin haberlo anestesiado.

Dos horas más tarde, Montse y Roger estaban en presencia de Jaime Calvet, que de entrada, ya les sorprendió negativamente por su aspecto de dejado. Y es que, con los primeros signos de alcohólico en el rostro, de vez en cuando se le escapaba algún gesto para que no hubiera dudas. Tenía el pelo alborotado y la bata, además de vieja, la llevaba mal abrochada. Aparentaba más de cincuenta años pero se aseguraron que tenía cuarenta y uno.

Sentados frente a frente, Montse se había dado cuenta que Calvet la miraba con lascivia. Y decidió devolverle las miradas con más intensidad aún. La falda de aquella tarde era tres o cuatro centímetros más larga que la que se había puesto hacía dos días para ir a la Caixa.

- Vosotros diréis- se interesó el naturista.

- Mi problema es que hace tiempo que quiero adelgazar y no lo consigo con ninguno de los regímenes que hago- intervino Montse.

Roger afirmó con la cabeza pero Calvet lo miró interrogativamente.

- No, de verdad- volvió a hablar la chica-: lo que pasa es que somos periodistas y nos han encargado un reportaje sobre medicina naturista.

- Ah, si es así, como ya se ha hecho la hora de cerrar, podemos hablar en otro sitio- les propuso el forense.

Cuando ya se iban, Roger pudo ver una botella de whisky DYC vacía, en la papelera.

Sentados alrededor de una mesa en un bar que había debajo mismo de la consulta, el naturista estaba como pez en el agua. Tenía un vaso de whisky en la mano y tres o cuatro que ya descansaban, vacíos, encima de la mesa. Los cigarros, asimismo, los empalmaba. En cuanto a Roger y Montse, él se había decantado por la naranjada y ella por la Coca-cola.

Calvet, eufórico, hablaba y no acababa. Se daba cuenta que Montse le reía todas las gracias. Roger, en cambio, comenzaba a sentirse incómodo.

- ¿En qué piensas?- le preguntó Calvet-. Que no está bien que un médico naturista fume y beba como un descosido, no?

Como Roger no hizo ninguna intención de responderle, Montse le dijo que sí, que la verdad es que sorprendía bastante.

- Tiene razón el chico- volvió Calvet a su rollo-, no está bien. No está nada bien. No soy un buen naturista. Ni un mal naturista tan sólo. Bien mirado, tengo tanto de naturista, como de marsupial!. Ha! Ha! Ha!

Roger pensó que con dos o tres whiskys más, aquel doctor Aspirino sería capaz cantar ópera y todo.

- Entonces, ¿por qué te dedicas a ello?- le preguntó Montse.

El ex forense les pidió que todo eso no lo pusieran en el reportaje, ya que él no le aconsejaría nunca a ningún paciente que siguiera su mal ejemplo. Después les confesó que trabajaba de médico naturista por evadirse, simplemente. Aunque a continuación, como descarga, añadió que eligió esa especialidad porque, dejando de lado la que practicaba antes, era la menos agresiva.

- Ah sí! ¿Cuál era?- Montse se estaba haciendo la loca.

Calvet la miró con cara perpleja.

- Coñe, camarero!- renegó mientras movía el vaso vacío en el aire-. Nos quieres matar de sed!

- Ya voy yo a buscarte el suministro- se ofreció Roger, que se dirigió a la barra.

Un minuto más tarde, cuando volvió a la mesa, el pseudonaturista estaba en plena narración de sus batallitas:

Era un chico de unos treinta años que no sabíamos de qué había muerto- explicaba mientras se le enredaba la lengua-. Yo me estaba colocando los guantes para comenzar la autopsia, cuando de golpe y porrazo el individuo dejó salir un eructo que por poco nos tumba al suelo! Mis ayudantes todavía corren y si yo no huí también, fue porque del susto se me aflojaron las piernas y me caí de culo!.

Ahora no se cayó de culo pero sí que se bebió de golpe el whisky que le había traído Roger.

- Ha! Ha! Ha!- Montse no paraba de reir y se agarraba la tripa para no hacerse daño. Animada, llamó al camarero y le pidió que dejara hielos y la botella de Johny Walker en la mesa. Ella misma se sirvió una buena ración después de ponerle más de medio vaso al que se acababa de caer de culo.

- Cuando le diseccioné el estómago vacío comprendí el por qué de su extraña y, sobre todo, ruidosa reacción. Los últimos días antes de morir, debió haber tomado bicarbonato en cantidades industriales, por eso brotó post mortem de aquella manera tan portentosa. Oh, y todavía gracias, porque si no lo hace, revienta! Y entonces, plaf!

Montse volvió a estallar de risa.

- Que me meo!- dijo, casi llorando de la risa.

- Perdonad, voy un momento al lavabo- dijo Roger, inflexible, con cara de boxer.

Calvet se le había quedado mirando mientras se iba, pero Montse supo reclamar y captar su atención en exclusiva: cruzó y descruzó espectacularmente las piernas de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, y al médico le faltó bien poco para quedarse boquiabierto.

“Murallaaaaaas de Tarragona!”, bramaba Calvet como un loco en el coche de Montse, donde ocupaba el asiento del copiloto. Roger iba detrás y la chica conducía. Cuando llegaron delante del portal del edificio de Roger, Montse paró el coche para que bajara, pero primero tenía que salir ella para dejarle paso. Él no podía disimular la rabia y su “Buenas noches” sonó más a maldición que a otra cosa. Después se quedó plantado en la acera y esperó a que el coche se fuera. Y todavía fue peor ya que, para más inri, Calvet consiguió bajar el cristal de su ventanilla y mientras sacaba la mano para saludarlo, le dijo:

- Adiós, chico. Camina por la sombra y, sobre todo, no tomes demasiado bicarbonato.


Mira por dónde, media hora después no quedaba ni rastro de aquella alegría. Al contrario, la cara del forense era el súmmum de la decepción.

- Soy un des-gra-cia-do!- se quejaba con la boca torcida.

Medio estirado en el sofá del piso de Montse, tenía la camisa desabrochada y esta hecho un asco.

- Yo me lo estoy pasando muy bien- le dijo ella y le acercó un vaso de whisky.

Calvet lo cogió y con el otro brazo abrazó a la chica por la cintura, más por sentirse un poco amparado que no en tono sensual. Ella le cogió la mano y se sentó a su lado, comprensiva y dulce.

El ex forense estaba tan atolondrado que se había tenido que quitar los mocos para poder hablar.

- ¿Por qué me has preguntado por la autopsia de Sandra Castro? Por qué?!- se lamentó-. Es un episodio negro para mí, el inicio de todos mis males! Me echaron de la facultad, una compañía de seguros me denunció por haber cometido irregularidades en una autopsia, poco después mi mujer me dejó y se llevó a los niños…- ahora ya lloraba sin ninguna vergüenza.

- Explícamelo todo. Te hará bien- le aconsejó Montse cerca del oído.

Ella se levantó y caminó hacia una mesita que había en frente del sofá, cerca de la pared. Allí, precisamente, colgada había una máscara de cuero del carnaval de Venecia. Representaba la luna. En la mesita había un ramo de flores que ella retocó un poco. Después cogió una botella de Ballantine’s y volvió hacia Jaime Calvet para rellenarle el vaso otra vez, ya que no le quedaba.

- Cálmate- le dijo ella-. Me pondré cómoda.

Al acabar de decirle eso se fue haca el dormitorio subiéndose el vestido y sacándoselo por la cabeza. Calvet se creía que veía visiones. Por no hablar de cuando le vio los pechos, un segundo más tarde, ya que ella volvió al salón poniéndose una camiseta que decía “New York”.

- Explícamelo todo, te vendrá bien- le dijo nuevamente Montse´, incitándole al oído.

- Yo, yo...- empezó Calvet- estaba de servicio cuando trajeron el cadáver de Sandra Castro. Me puse a trabajar en seguida, sin perder detalle, te lo juro, pero yo sabía mucho, con guantes y todo, con los cinco sentidos, yo...

EL ex forense paró en seco.

- ¿Qué te pasa?- le preguntó ella.

- Yo...-volvió a balbucear él-.. estaba haciendo el examen visual.

Se paró nuevamente.

- ¿Qué me decías de un examen visual?- le invitó Montse a continuar.

- De... De... Después de un examen visual muy completo, de verdad, recogí todos los restos y...

Calvet estaba muy excitado como para poder hablar y ella le volvió a poner whisky.

- ...torturada, semen, semen, mucho semen... bocados... pelos de diferentes colores...

A Montse se le pusieron los ojos como platos. ¿Lo había oído bien? La borrachera de Calvet era más que evidente, pero al mismo tiempo era muy categórico en sus declaraciones.

- Ya me disponía a diseccionar el cadáver cuando llegó Colomer y me relevó del caso. Lo primero que hizo fue mandar que lavaran el cadáver.

"Después me aseguré que no había analizado las pruebas que yo había recogido".

"Para vengarme, se lo conté todo al abogado de Héctor Moreno".

- ¿Y qué hizo este?- le preguntó Montse.

- No lo sé. Tomó nota y me dijo que me avisaría. Como de golpe y porrazo me vinieron todas las desgracias, yo desconecté del mundo y ya no volví a saber... nada... más...

Aclarado esto, Calvet quedó absorto, como si pensara en lo que tenía que decir a continuación. Así, hasta que Montse se dio cuenta que se había dormido. Entonces le cogió el vaso de la mano, lo dejó en el suelo y le subió las piernas al sofá para que durmiera plácidamente la mona. También lo tapó con una manta para que no cogiera frío.

Después se dirigió hacia la mesa, escarbó dentro del ramo de flores y desconectó la microcámara que tenía camuflada.



CAPÍTULO 11



Era un mediodía esplendoroso, Roger y Montse, apoyados sobre la barandilla del Balcón del Mediterráneo, miraban al mar en calma. Una bonanza marítima que contrastaba con la mala uva de él.

- Pelos de diferentes individuos en el cuerpo de Sandra, fracturas, quemaduras, empalamiento, contusiones, uñas arrancadas, mordeduras de animales de presa, marcas de correas en el cuello, en los tobillos, en las pantorrillas...

Roger tuvo que hacer una pequeña pausa para coger aliento y poder continuar:

- No debes pretender que hagamos caso de los delirios de un borracho que despachan de todos los lados donde trabaja!!- Aquí puso fin a su violenta intervención.

- Yo no pretendo nada- le replicó ella-. Y además, la idea de hablar con él fue tuya.

Roger la miró con cara de pocos amigos pero no abrió la boca. Ella también le estaba mirando y no pudo evitar decirle:

- Lo mínimo que podrías hacer es darme las gracias por el tiempo que he perdido aguantándole el mal rollo al borracho. Y en cambio, actúas como si estuvieses celoso.

- ¿Celoso?- Roger no se esperaba aquella salida de Montse y se quedó un poco pensativo. Pero en seguida dijo-: Si es verdad lo que afirma, para mí lo más significativo es la cantidad de semen que dice que extrajo de la vagina y del recto de Sandra, imposible de producirlo un solo individuo en un período de treinta horas, que es el tiempo máximo que pudieron estar juntos Héctor y ella.

- Pues a mí también me choca mucho el hecho de que Colomer mandase limpiar el cadáver antes de ponerse a trabajar en él- dijo Montse.

Después de las caras largas y del inicio de discusión, los dos amigos se fueron calmando poco a poco. Alguien que los estuviera viendo de lejos podía pensar que eran una pareja de enamorados, mirándose a los ojos de aquella manera tan tierna. Mientras caminaban hacia los coches, Montse le tocó amistosamente en un muslo. Y él, como siempre que ella le tocaba, se quedaba medio turbado. Bloqueos y timideces de Roger a parte, Montse empezaba a ver claro que ella, para él, ya no era nada más una compañera de trabajo.


- Hola mamá- saludó Roger a su madre, que estaba en la cocina.

Dejó en el suelo las dos garrafas de agua que llevaba y se acercó para besarla.

- Antes que se me olvide- dijo la madre-. Te ha telefoneado la sargento Recasens. Quiere que vayas a verla en cuanto puedas.

La sargento de los Mossos le explicó a Roger que la policía había desmantelado en París una red de pederastas criminales, que además traficaban con toda clase de material pornográfico.

- Entre sus depravaciones está el fetichismo. Algunos de ellos coleccionaban ropa íntima de chicas que han sido víctimas de agresiones sexuales.

- ¡Qué monstruos!- exclamó Roger con un estado de ánimo bastante decaído.

- Sí, chico, estas cosas van así. Lo siento.

La policía estaba interrogando a los detenidos.

Roger se estaba mareando y Anna lo notó. O se daba prisa en decirle lo que quería de él, o no llegaría a tiempo.

- ¿Tú no sabrías decirme qué modelo, qué marca o qué color eran las bragas y el sujetador que llevaba Eva la noche que desapareció?

- No lo sé- le respondió Roger después de haberse sonado la nariz con un pañuelo. Su voz sonó rota.

- ¿De verdad?- le insistió la sargento-. No te cortes, si lo sabes, dímelo.

- De verdad, no lo sé- dijo él, moviendo los brazos con desesperación.

Anna parecía que no lo dejaría pasar, pero la mirada le fue a parar a la foto que tenía de ella con su hija.

- Yo estoy segura que, si te lo propones, al final, lo sabrás- quiso animarlo. Después se dio cuenta de la única y triste alternativa-: si no, tendrá que ir directamente la policia a preguntarlo a los padres y piensa que este trámite no será agradable para ninguno.

Roger en seguida se vio decidido a hacer todo lo que pudiera.

- Déjame un día o dos para que piense- le pidió a Anna.

- De acuerdo. Por cierto, ¿cómo lleváis el reportaje? ¿Habéis descubierto algo que la policía ignore?

Roger la miró y a ella le pareció que le revelaría algún dato que fuera mínimamente significativo, pero fue una percepción falsa, ya que se limitó a decirle:

- ¿El reportaje? Ahí vamos...

Manel Joan i Arinyó, "El cas Torreforta"

3 Comments:

  1. Unknown said...
    Eso eso, con eficacia, ya veo que eres rapida subiendo el libro, mejor porque asi no me desengancho de la historia....jejejeje me está encantando, es muy interesante, y pasa de todo!! jajaja

    Un besazo!! :)
    Anónimo said...
    E stos se acabaran liando..creo yo..Pues tiene razon Vero,este libro tiene de todo!ami me encantaa!Se va el Duque y llega el caso Torreforta..nada,que sere adicta toda mi vidaaaa...jajaj
    1 vesazo guapa! =)
    barca0014 said...
    Sigue sin gustarme la Montse estaaaaa, va muy deprisa para mi Ser.. perdon Roger...jjajajaj!!!!!

    MMmmmmmm, pork lavar un cuerpo ante de hacerle la autopsia?? No se... pero mi hay un personaje no m gusta nada, y eso que aun no ha hablado.. y es el padre o padres de Sandra...mmmm seguire pensando...

    Mas mas mas mas mas mas mas!!!!!!! eso si que no m pase a mi leerlos otra vez...jajajaj. Te prometo que ya no m pongo mas afu!!!jajajajja

    Biquiños!!

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