UN MILLÓN DE CICATRICES

Nunca he hablado en mi blog sobre la prensa rosa ni personajes del mundo del corazón (creo). Hoy voy a hacer una excepción.

Reconozco que, si estoy en casa, veo programas tipo "Sálvame", "La noria" o "DEC". No me da vergüenza reconocerlo.

Como estos días se está volviendo a hablar mucho de Carmina Ordóñez, yo desde aquí quiero rendirle mi particular homenaje a la reina del papel "couché". Esa mujer que con 49 años murió, hace hoy cinco años. Cuando me enteré de aquella noticia me quedé un poco en estado de shock (como con Michael Jackson), pues no me la esperaba.

No voy a entrar en los motivos de su muerte porque creo que no es relevante. Me da igual si murió de una sobredosis o no. Eso era cosa suya.

Carmina me caía bien. Decía las cosas como las pensaba. Y eso me gustaba. Puede que otras tantas no las hiciera tan bien, pero eso también era asunto suyo.

Ella se fue. Y dejó tres hijos (dos de los cuales también habían perdido ya a su padre). Tres hijos que nunca estuvieron unidos. Tres hermanos que hasta en el tanatorio, con su madre de cuerpo presente, montaron el espectáculo. Algo realmente lamentable.

Carmina murió sola. Vivió al máximo y la vida le jugó una mala pasada. Por eso me dio tanta pena la noticia. Realmente, seguro que lo tuvo que pasar bastante mal y tuvo que sufrir mucho en sus últimos años.

Desde aquí, un pequeño recuerdo para ella porque creo que somos muchos los que la echamos en falta en la pequeña pantalla.


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